La Voz de Galicia - A José Luis Vaz las cuentas no le salen. Pero no las de la cooperativa ganadera ecológica que dirige, porque Biocoop ha conseguido en doce años abrirse camino en un mercado exigente y llevar su sello no solo a establecimientos de primer nivel de todo el territorio nacional, sino incluso a los lineales de centros de alimentación como El Corte Inglés.
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Las cuentas que no le salen a José Luis Vaz son las de la Administración. «Despois de tantos anos loitando polas razas autóctonas en perigo de extinción, agora coa retirada das subvencións por recría, as razas autóctonas desparecerán e iso non só é a condena a morte destas razas, é eliminar un labor social que aforraba moitos cartos en cuadrillas de extinción de incendios e hidroavións», sentencia.
Tampoco le cuadran los argumentos de los políticos, «porque moito falar de integración e reequilibrio territorial, de loitar contra a despoboación, pero estas ganderías extensivas, que non son unha granxa, son as que de verdade fixan poboación».
Los argumentos del ganadero para explicar que el mantenimiento de las vacas autóctonas es esencial para las zonas más deprimidas del mapa gallego (como es el caso ourensano) son de una lógica aplastante. Explica que estas razas en peligro de extinción -cachena, vianesa, frieiresa, caldelá y limiá- tienen no solo una morfología y unas cualidades diferenciadas en la textura y sabor de su carne, sino que están perfectamente adaptadas a la zona a la que pertenecen «e non en todas as zonas hai verdes pastos de herba, senón que as que son de montaña como é a cachena, comen toxos, brezo...».
El ganadero estima que con la retirada de ayudas para recría, «estas vacas, que dan menos rendimiento en canal que outras, van ser cruzadas con outras especies para obter híbridos aos que se lle pode sacar corenta ou cincuenta quilos máis para así compensar a perda destas axudas, pero a raza perderá pureza e non estará tan adaptada á contorna, e non comerán o que comen agora porque precisarán outra alimentación». Y de ahí la invasión de la maleza en los montes y los incendios, la ecuación es fácil de entender.
Un estilo diferente
Además de las razas autóctonas, en las 6.000 hectáreas de los 30 ganaderos socios de Biocoop también hay rubia gallega, aunque José Luis Vaz advierte que la carne que sale de estas explotaciones lleva la calificación de «suprema», además del sello ecológico. La diferencia está en que los nuevos ejemplares «maman das vacas polo menos sete ou oito meses, e despois pasan unha fase de recebado de entre 60 e 90 días sempre con alimentación ecolóxica, con piensos de soia, millo e cereais tamén certificados de agricultura ecolóxica».
Pese a todo este cuidado y esfuerzo, el criador recibe unos 5 euros por kilo/canal «as mesmas 800 pesetas de hai trinta anos», lamenta.
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